Las actividades extraescolares ofrecen múltiples beneficios para los niños, más allá del tiempo de entretenimiento que les proporcionan. Primero, fomentan la socialización y el desarrollo de habilidades sociales, ya que los niños interactúan con compañeros fuera del entorno habitual de la clase. Segundo, contribuyendo a la adquisición y desarrollo de habilidades específicas, como las deportivas, artísticas o de idiomas, que enriquecerán su formación integral. Tercero, fortalecen la disciplina y la responsabilidad al cumplir horarios y compromisos. Cuarto, estimulan la creatividad y la resolución de problemas mediante actividades lúdicas y educativas. Y finalmente, promueven el bienestar emocional al permitir que los niños se diviertan y liberen tensiones, lo que contribuye a su salud mental.